¿Quién como tu oh Dios? Nada ni nadie se puede comparar con tu grandeza, tuyos son el Poder y la Exaltación, tuyos mi Señor el cielo y la tierra, en el nombre de Jesús.
Gracias Señor por tu fidelidad, gracias Padre Hermoso por tu respaldo, por guardarme del mal, por defenderme del maligno, por estar siempre en mi defensa, por llenarme de tus bendiciones, por rodearme con tu abrazo Paternal. Mi Padre eres tú, yo soy tu hija, tú eres mi Dueño, mi Amo, mi Señor, a ti me debo, tú eres mi Creador.
Jesucristo, eres incomparable, eres inigualable, eres tú mi Salvador, la Roca Eterna que sostiene mi vida, eres tú quien le da sentido a mi existencia, eres tú mi único tesoro, eres tú quien me rescató del sepulcro, quien me redimió y me dio vida eterna, eres tú mi único Redentor.
Gracias por tú palabra, gracias por tus promesas, gracias porque tú las cumples, porque tú no te retractas de ellas.
“No tengas miedo.
Yo te he liberado;
te he llamado por tu nombre
y tú me perteneces.
Aunque tengas graves problemas,
yo siempre estaré contigo;
cruzarás ríos y no te ahogarás,
caminarás en el fuego y no te quemarás
porque yo soy tu Dios
y te pondré a salvo.
Yo soy el Dios santo de Israel.
”Israel, yo te amo;
tú vales mucho para mí.
Para salvarte la vida
y para que fueras mi pueblo,
tuve que pagar un alto precio.
(Isaías 43:1-4 Traducción Lenguaje Actual)