Las Tormentas No Duran Para Siempre

El Señor me mostró que hay muchos de ustedes que están pasando por un momento de  tormentas en su vida.

El Señor dice: Aunque las tormentas puedan estar embravecidas a su alrededor, la batalla puede estar feroz y la guerra puede parecer intensificada, ¡No teman!  Pero quédense quietos para escuchar Mi voz. Yo hablo en medio de las tormentas.

¿No les he dicho que se rindan y echen toda su ansiedad sobre Mi y Yo les proveeré para todas su necesidades? Muchos de ustedes han tenido muchas noches sin dormir pensando en las situaciones que están pasando, otros están preocupados por su futuro. No permitan que el enemigo les traiga temor, condenación, tormento, pensamientos y voces durante la noche.

Escuchen mi suave y tranquila voz. Yo hablaré con ustedes en medio de sus tormentas, pruebas y dificultades. Yo Soy el Dios que está por encima de cualquier tormenta que estén atravesando, y los sueños que han estado inactivos por años, serán revividos conforme Yo soplo aliento de vida sobre ellos.

No den marcha atrás, pero continúen persiguiendo todo lo que Yo puse en su corazón. Estas tormentas pasarán y sepan que Yo los fortaleceré si permanecen firmes e inamovibles y confían en Mi para llevarlos a través de ellas. No teman, sino aliéntense sabiendo que Yo estoy con ustedes, Yo los sustentaré con la diestra de Mi justicia, dice el Señor.

Mateo 6: 31-34 Por lo tanto, no se preocupen ni se pregunten “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?”  Porque la gente anda tras todo esto, pero su Padre celestial sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas. Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. »Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!

Mateo 7:24 -27 »A cualquiera que me oye estas palabras, y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, pero ésta no se vino abajo, porque estaba fundada sobre la roca. Por otro lado, a cualquiera que me oye estas palabras y no las pone en práctica, lo compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, y ésta se vino abajo, y su ruina fue estrepitosa.»

Elaine Tavolacci

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